Por fin he visto nevar en Salamanca. Bueno, hoy ha sido la segunda vez que veo nevar en una semana prácticamente. Me encanta. Qué paz siento cuando veo todo cubierto de nieve.
No importa que tuviera clase de fisicoquímica I. En urgencias como esta, se recomienda saltársela. Tampoco importa que después justo tuviera seminario de genética y la exposición de un trabajo. Da igual, en lugar de estar estudiando lo que me tocaba exponer, estaba tan pancha haciéndome fotos con la nieve y con unas amigas.
La exposición salió bastante bien para lo que nos la habíamos preparado. Estuvo bien. Para ser la primera. Menudo peso me quité de encima. Soy un manojo de nervios para esas cosas.
El caso es que fue el mejor momento del día. Hicimos hasta un muñequito de nieve, más parecido al muñeco Michelin que a otra cosa. Las fotos debajo del árbol nos quedaron preciosas. Lo mejor de todo es que estuve con gente con la que me siento realmente cómoda. A mí me basta con eso. Creo que en ese sentido me conformo con poco, bueno, según se mire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario